En 2010, en la ciudad brasileña de Esperantina, la alcaldía empezó a conmemorar cada 8 de agosto como Día del Orgasmo, cuando la esposa del alcalde y otras mujeres pidieron el poder experimentar un orgasmo al menos una vez al año, a partir de ese momento la celebración ha sido llevada a varios países entendiendo la doble problemática que rodea al orgasmo en las mujeres.
Por un lado, diversos factores biológicos relacionados con la menopausia, las infecciones vaginales o el uso de algunos medicamentos afectan la respuesta sexual femenina, ante este problema muchas mujeres deciden dejar de tener relaciones sexuales y alejarse incluso de la autoexploración y la masturbación por encontrar una respuesta poco agradable y hasta dolorosa.
En otro punto, el cultural, a la mujer pocas veces se le reconoce el derecho de experimentar placer, muchos mitos y prejuicios dejan al orgasmo femenino como algo negativo y hasta se considera una actitud «decente» ante la vida marital el no experimetar placer alguno y dejar el sexo como algo meramente reproductivo.
Recientemente se ha descubierto que al menos un 68% de las mujeres han fingido el orgasmo alguna vez, en un 47% para que la pareja no se sienta mal, el 31% para «animar» la situación y el 37% «para acabar cuanto antes», según encuesta hecha a 10,900 mujeres.
Sobre los mitos, los más comunes son: suponer que se llega al orgasmo por el coito (FALSO, la mayoría del placer llega por el clítoris y no por la pared vagina), que el ser multiorgásmica «depende» de la mujer (FALSO, toda mujer puede tener varios orgasmos si se lo proponen experimentar), con la edad se pierde sensibilidad (FALSO, no hay pruebas que pase algo así en el placer femenino), o que la anorgasmia femenina es causada por factores biológicos (FALSO, casi siempre son factores psicológicos los que evitan experimentar el placer).
El silencio ante este problema de salud se ha ido rompiendo, ya no es un tema «privado» o cuestión de «buen gusto» o tema tabú de una mujer «respetable», aunque todavía se le relacciona como un concepto machista que el provocar el orgasmo es algo que le corresponde al hombre, aunque es una respuesta ante el placer sexual que se experimenta en la pareja.
La solicitud de experimentar un orgasmo en la pareja, más que una actitud de posesión, propiedad o sumisión, es parte de la vida de una pareja sana, purs abre compartir las experiencias y una nueva visión de considerar a la mujer antes que a la pareja en su rol de esposa, madre, novia y otros roles sociales que ya van siendo cuestionados y superados como roles de género.

Felices orgasmos, aunque consideren esta frase sexista, pero el placer no es cuestión de mal o buen gusto, es parte de la naturaleza sexual humana.